ONDAS ELECTROMAGNETICAS, TODO LO QUE TIENES QUE SABER DE SU APLICACIÓN ESTÉTICA

Los estímulos eléctricos recorren el cuerpo humano desatando diversas funciones y siendo partícipes de múltiples procesos como la sinapsis neuronal o las corrientes eléctricas que fluyen a través de músculos y nervios, las cuales provocan respuestas a nivel fisiológico y gracias a esa capacidad natural, un ser vivo es capaz de reaccionar también a estímulos electromagnéticos externos.
Hoy en día, la medicina estética ha encontrado maneras de propiciar efectos benéficos y naturales en los organismos vivos, el ser humano específicamente, que mejoren la calidad de vida y potencien los resultados de aplicaciones estéticas basadas en principio magnéticos y eléctricos como lo son el generar musculatura, afirmarla, ganar fuerza y llegar incluso a la quema de grasa sin someter el cuerpo a la fatiga muscular propia de cualquier entrenamiento físico.
Estos estímulos electromagnéticos actúan desde la corteza motora cerebral para lograr la estimulación externa de las neuronas motoras periféricas tal y como si se estuviera realizando ejercicio físico, es decir, el cerebro percibe que el músculo entra en movimiento, pero esto sucede en un estado pasivo. Anteriormente, los equipos capaces de lograr cierta reacción muscular no lograban activar las funciones neuronales ni las reacciones químicas que el entrenamiento físico supone, por lo que incluso el mejor equipo sólo llegaba a un 70% de actividad muscular.
Trabajar el cuerpo mediante campos electromagnéticos propicia la contracción muscular de inducción externa en el tejido para inducir una acción potencial en la neurona motora. Este principio está basado en la excitabilidad de las neuronas motoras a las corrientes eléctricas que de manera natural circulan en los músculos. Estos estímulos son capaces de aumentar a su vez, el riego sanguíneo y el drenaje linfáticos, obteniendo como resultado agregado la desintoxicación del cuerpo, la cual puede mejorarse mediante técnicas como la presoterapia.
Un equipo que trabaje mediante campos electromagnéticos logra hasta un 90% de actividad muscular debido a la alternancia en los campos electromagnéticos que inducen una corriente eléctrica secundaria en el tejido subyacente. Se logra así la inducción de contracciones supramáximas, despolarizando las membranas neuronales y causando contracciones concéntricas en los músculos.
Los campos electromagnéticos se originan en las diferencias de voltaje aplicado, por lo que, a más voltaje, más acción electromagnética, lo que quiere decir que una corriente más fuerte generará un campo más fuerte y a partir de esa acción comenzará a estimularse el músculo junto con la neurona motora para obtener resultados graduales.
Las fibras musculares responden a estos estímulos electromagnéticos dependiendo de la intensidad del voltaje según como se muestra en la siguiente tabla:
De 2 a 9 Hz – incrementa y activa la circulación
De 10 a 20 Hz – desarrollo de resistencia muscular
De 20 a 30 Hz – firmeza muscular
De 40 a 70 Hz – volumen muscular
De 75 a 100 Hz – fuerza muscular
120 Hz – fuerza explosiva
Las contracciones supramáximas inducidas por un impulso externo no permiten que se produzca la fase de relajación en el músculo por lo que éste debe habituarse poco a poco hasta llegar a los 120 Hz de ser posible. Un equipo de electromagnetismo inducirá hasta 23,000 contracciones en un lapso de 30 minutos.
La quema de grasa o apoptosis que surge como efecto del trabajo muscular en este tipo de equipos, hace referencia a una lipólisis máxima en la que se liberan ácidos grasos libres y se activan las células madre para producir una destrucción definitiva de la grasa, es decir, que no volverá a formarse. Se estima que el promedio de reducción de grasa está entre un 19% a 27% y el aumento de grosor muscular, entre un 15% a 16%.
En suma, un equipo de estimulación muscular por electromagnetismo lleva al cuerpo a su nivel máximo de activación tanto física como neuronalmente, evita la fatiga muscular pero propicia el desarrollo de fuerza, firmeza y volumen sin ser invasivo, ya que, dependiendo de la zona, es posible que ni siquiera tenga que tocar la piel pues las ondas electromagnéticas viajan por el aire.